HOMEOPATÍA

LA EVOLUCIÓN DE LA HOMEOPATÍA

 

La Homeopatía es un método terapéutico experimental mediante el cual se trata al enfermo con remedios que, suministrados a un hombre sano en cantidades ponderales, provocarían síntomas similares a aquellos que hay que curar.

 

 

HISTORIA DE LA HOMEOPATÍA

 

La aplicación es probablemente tan antigua como la Humanidad. Es probablemente el analogismo mágico, así como un elemental empirismo, lo que sugirió al hombre primitivo tal conducta terapéutica. La enfermedad, de hecho, se manifiesta como un elemento natural de defensa contra los múltiples traumas ambientales. Nada más intuitivo que tratar de imitarla con una enfermedad artificial parecida, pero más controlable.

 

En la obra de Hipócrates, el Corpus Hipocrático (s. IV a. C), encontramos referencias a dos formas de tratar la enfermedad: mediante los contrarios (contraria contrariis curantur), o mediante los similares (similia similibus curantur).

 

La salud del enfermo es la ley suprema, curar de modo solícito, seguro y agradable; es obra divina aplacar el dolor; los parecidos se curan con los parecidos, los contrarios se curan con los contrarios. No debe excluirse nada que pueda servir para devolver la salud al enfermo y aliviar su sufrimiento. El médico, así puede intervenir también con remedios contrarios para disminuir el dolor (cuando no existan alternativas válidas). El médico sigue siendo "el ministro y no el maestro de la naturaleza".

 

Son ejemplos clásicos de tratamiento homeopático, en la época hipocrática, el uso en pequeñas dosis del eleboro blanco en las diarreas coleriformes y de la cantárida en la cistitis. Tales sustancias provocan toxicológicamente síntomas parecidos a las de las enfermedades en las cuales se venían utilizando como remedio.

 

Galeno recogió la tradición helénica pero puso acento sobre el control del sufrimiento mediante los remedios contrarios. Su gigantesca obra fue el punto de referencia para toda la edad media cristiana.

 

La ley de los remedios contrarios guió durante mucho tiempo el pensamiento médico, más allá de la Edad Media. De nada valieron las intuiciones de algunos grandes pensadores, en particular de Paracelso.

 

Al acabar el siglo XVIII, el médico alemán Christian Samuel Hahnemann (1755-1843), nacido en Meissen (Sajonia), tuvo la idea genial de proponer de nuevo la aplicación de la ley de los similares como único método terapéutico correcto. Hahnemann, médico ya experimentado, viendo la ineficacia y peligrosidad de la medicina de su tiempo, abandonó la profesión, con casi 40 años, tras haber confesado abiertamente su impotencia terapéutica. Para sobrevivir, se hizo traductor y un día, mientras traducía la Materia Médica de Cullen, no convencido por la interpretación del mecanismo de acción de la corteza de quina, ampliamente usada en el tratamiento de la malaria, tomó una dosis generosa durante varios días y notó la aparición de síntomas similares a los de la fiebre palúdica. Hahnemann, recordando a Hipócrates, avanzó la hipótesis de que se pudiese curar lo similar con lo similar.

 

Para verificar tal hipótesis, comenzó a experimentar en él mismo, sus familiares, amigos y finalmente, sus propios discípulos, el efecto de varias sustancias del arsenal terapéutico entonces existente, además de otros productos naturales y de los preparados por él mismo. Al tiempo, verificaba el efecto terapéutico de su teoría, en pacientes que presentaban cuadros mórbidos similares a los que él había provocado experimentalmente.

 

Constatada la eficacia del nuevo método de curación, Hahnemann expuso los principios correspondientes en un artículo publicado en 1796 en el periódico de Huffeland. A lo largo de todo su trabajo, Hahnemann aplicó literalmente el método de Galileo: observación, hipótesis interpretativa, comprobación experimental, confirmación de hipótesis, elaboración de la teoría.

 

El 14 de mayo de 1796, Jenner practicó la primera vacunación antivariólica, que demostraba la eficacia de la aplicación de la ley de similitud a la profilaxis.

 

En 1810, Hahnemann publica la primera edición del ORGANON, en el cual viene completamente expuesta la doctrina homeopática, conforme al pensamiento vitalista de la época. De 1820 a 1827, el médico sajón se dedicó a la elaboración de la Materia médica pura, en la cual confluyen datos recogidos de la toxicología y de la experimentación producida en él mismo y sus colaboradores, con 67 remedios.

 

En 1828 se publicaron las cinco partes del Tratado sobre las enfermedades crónicas. Aquí Hahnemann afronta el problema de la resistencia al tratamiento correcto y las continuas recidivas mórbidas. Su interpretación miasmática abre la vía a la actual teoría diatésica, esencial para la comprensión del terreno mórbido.

 

En esta obra se reexaminan varios remedios bajo este ángulo y otros aparecen por primera vez. Contínuamente le domina la preocupación de individualizar una misma sucesión de síntomas que pueden repetirse ampliamente en el tiempo, en el espacio y en las localizaciones, los más tenaces y complejos cuadros mórbidos.

 

En 1842 Hahnemann realiza la sexta edición del Organon, que fue publicada por primera vez por Richard Haehl en 1921 y de las que se hicieron numerosas traducciones.

 

En las primeras cinco ediciones de Organon viene detalladamente expuesta la preparación de los remedios homeopáticos mediante sucesivos pasos desde una dilución decimal o centesimal a otra, a fin de obtener la 1, 2, 3, 4, 5... 30 DH o bien la CH y otras. Con tales diluciones trabajaron los discípulos de Hahnemann y todos los grandes homeópatas de la época.

 

Tras la aparición de la sexta edición, se comenzaron a emplear también las diluciones cincuentamilesimales. Fue de hecho en la última edición del Organon cuando Hahnemann habló por primera vez de tales diluciones.

 

Fueron poco utilizadas. En cambio, las diluciones korsakovianas encontraron una notable difusión. Con todo, hay una decisiva confirmación de la siguiente observación, hecha por el propio Hahnemann tras su larga experiencia:

 

"La dilución cada vez más débil del producto homeopático no disminuye su acción, siempre que se haga una cuidadosa sucesión del recipiente en cada fase. Al contrario, se elimina la toxicidad e incluso se ponen en evidencia nuevas propiedades del medicamento, en particular a nivel psíquico".

 

 

Sean cuales sean las diversas orientaciones de las diferentes escuelas, son tres los principios fundamentales de la Homeopatía:

 

 

      Principio de similitud.

 

      Principio de infinitesimalidad

 

      Principio de individualidad

 

 

EL PRINCIPIO DE SIMILITUD

 

Se basa en el uso de sustancias que provocan en el individuo sano los mismos síntomas que está experimentando el sujeto enfermo.

 

 

EL PRINCIPIO DE INFINITESIMALIDAD

 

Para que una sustancia se convierta en medicamento homeopático debe ser sometida a una sucesión periódica de dilución y dinamización.

 

El concepto de sucesión o dinamización es un hecho fundamental y un factor diferencial en la fabricación de medicamentos homeopáticos. Según el grado de dilución podemos clasificar los medicamentos homeopáticos en:

 

Dinamodiluciones: son aquellas diluciones que se encuentran por debajo del número de Avogadro, que es 6’023 x 10-23. El límite para las diluciones decimales se encontraría en la 23 DH, y para las diluciones centesimales entre la 11 y 12 CH.

Dinamizaciones: no pueden llamarse diluciones porque ya no contienen moléculas. La concentración supera el número de Avogadro. Son aquellas diluciones por encima de la 23 DH o de la 12 CH.

 

EL PRINCIPIO DE INDIVIDUALIDAD

 

El acto terapéutico del homeópata se basa en recoger y jerarquizar los síntomas expresados por el paciente, independientemente de su clasificación nosológica alopática. Se considera sintomatología como la integración entre los factores externos e internos patológicos y la capacidad de integración y adaptación a estos estímulos por el paciente. Es lo que llamamos el “terreno” de la enfermedad. La homeopatía es una medicina basada en el abordaje del terreno.

 

 

ESCUELAS HOMEOPÁTICAS

Desde la obra de Hahnemann se han diferenciado varias escuelas según su manera de ejercer la práctica homeopática. Cuatro destacan por su importancia:

 

1. Escuela Unicista: son los que han mantenido con más pureza la obra de Hahnemann. Se basan en la utilización de un sólo principio homeopático para el tratamiento de las diversas dolencias del paciente:

 

“En ningún caso un tratamiento es necesario y, por consiguiente no es tolerable administrar a un enfermo más de un medicamento solo, simple, en una sola vez, o mezclar varias drogas diferentes. La homeopatía que es el arte de curar verdadero, simple y naturalmente, prohíbe dar a un enfermo al mismo tiempo dos diferentes sustancias medicinales.” Párrafo 273 del Organon.

 

2. Escuela Kentista: Se basan en la obra de J. Tyler Kent anteriormente mencionado. Considera que la práctica totalidad de las patologías tiene un origen psíquico. Basa los tratamientos en una exhaustiva exploración respecto al comportamiento psíquico del paciente. Busca lo que es peculiar en la forma de presentarse la enfermedad en el paciente y desprecia lo común para cualquier otro enfermo. Describió en su famoso “Repertorio de KENT” una relación entre los síntomas y el remedio homeopático.

 

3.Escuela Pluralista: Es la tendencia más habitual en nuestros días. Admite la posibilidad de prescribir varios medicamentos homeopáticos al individuo, aunque no al mismo tiempo. Es una tendencia más abierta que no excluye el uso de tratamientos convencionales, así como el uso de ciertos medicamentos complejos en algunas patologías. La Escuela Pluralista Francesa es la que seguiremos en este curso.

 

4.Tendencia Complejista: Sus seguidores no rechazan el unicismo. Surge con Johan Gottfried Rademacher (1772-1850), era un medico de vocación paracélsica. En la Espagiria de Paracelso se considera que las sustancias naturales están en correspondencia con una clasificación arquetípica septenaria y no está mal considerado el unir varias sustancias con un mismo atributo. Así nace el complejísimo, uniendo varias sustancias medicamentosas distintas con tendencia o tropismo hacia una misma situación patológica.

 

Los principios del doctor Rademacher fueron divulgados por Antoine Nebel, homeópata suizo, quién incorporó a esta práctica el concepto de drenaje. El drenaje supone la desintoxicación de los tejidos orgánicos mediante el uso medicamentoso de mezclas complejas en bajas potencias homeopáticas.

 

La homeopatía complejista ha contado desde la época de Hahnemann con numerosos seguidores, entre los que cabe destacar Rouy, Vannier y Reckewe

 

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